El buceo en aguas negras es una inmersión nocturna en mar abierto, bien lejos de un arrecife, en aguas muy profundas. Apuntamos a 3 kilómetros de la costa donde el lecho marino está a más de 1000 pies de distancia.  Cuando  estamos en la zona de lanzamiento lanzamos un flotador libre  matriz de iluminación que actúa como nuestro centro de buceo y atrae la vida planctónica.  No hay corriente perceptible durante una inmersión en aguas negras, por lo que se siente como bucear en una piscina oscura supermasiva.

La mayor migración de biomasa animal ocurre cada noche cuando los animales migran de la zona mesopelágica a la epipelágica. En términos simples, el plancton (formas de vida pelágica de peces, corales y  invertebrados) migra desde las profundidades oscuras a la superficie de los océanos todas las noches.  Esto nos ofrece la posibilidad de ver formas de vida de otro mundo que, de otro modo, estarían mucho más allá del alcance del buceo.